'No somos debeladores de creencias, siempre respetables si son sinceramente profesadas, ni tampoco somos creadores de nuevas confesiones religiosas. Somos los hijos de la Reforma, los leales defensores del gran principio emancipador de la conciencia humana: el libre examen. Respetables son para nosotros las más atrevidas afirmaciones. El que pide, el que reclama libertad, no puede, no debe solicitar medidas de represión para la conciencia ajena. No somos sectarios de un Cristianismo estratificado, frío, cristalizado en las tenebrosas grutas de un pasado de intransigencias, del que aún tocamos muy lamentables consecuencias. No somos sectarios de ningún reformador, no seguimos la huella de ningún hombre, no obedecemos las inspiraciones de ninguna inteligencia, por augusta que sea. Seguimos libremente las inspiraciones de nuestra propia conciencia, formada al calor de los valores cristianos'. 

Este fragmento del discurso pronunciado por Francisco Oviedo, Presidente de la Comisión Organizadora de Libertad de Cultos en España, el día 11 de marzo de 1910, en el antiguo teatro Barbiere de Madrid, a excepción de (hijos de la reforma) refleja fielmente nuestra postura y línea de acción como cristianos y siervos de Dios no pertenecientes a ningún grupo denominacional. Libre y responsables ante el Único al que debemos rendir cuentas.  

Este es un ministerio de la Iglesia Cristiana Berea de Fuerteventura. Conscientes de la importancia que para la sociedad actual tienen las nuevas tecnologías, hemos querido estar presentes en la red con el objetivo de equilibrar la balanza. Son muchas las Web que atacan los valores morales y sobre todo espirituales del ser humano, y sobre todo los valores cristianos, y nosotros deseamos defenderlos, promoverlos y estimular a nuestros visitantes a la reflexión seria y profunda de los mismos. 

En un tiempo en el que tener firmes convicciones, y creer, parece estar desfasado y ser algo prohibido, nosotros no sólo creemos, sino que estamos absolutamente convencidos de que si el ser humano se volviera a Dios y los valores que a través de la historia nos ha enseñado por su Palabra (la Biblia), no solamente le iría mucho mejor, sino que encontraría el verdadero sentido de su existencia.  

Son muchos los males que aquejan a la humanidad en el presente. Muchos de ellos, fruto de sus malos caminos, y aún así, el hombre se permite blasfemar contra Dios cumpliendo así el proverbio: La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra el Señor se irrita su corazón.  (Proverbios 19.3).

Fue el sabio Salomón quien habiendo llegado a ser el hombre más poderoso de su tiempo y haber podido disfrutar de una inteligencia sobrenatural y unas riquezas ilimitadas, habiendo conseguido fama y habiendo disfrutado de todos los placeres imaginables, escribió en su libro Eclesiastés lo siguiente: El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. ¹⁴Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12.13-14). 

La Biblia afirma que hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que su fin son de muerte. (Proverbios 14.12). Sin embargo, desde esta página queremos que conozcas el camino por excelencia, o lo que es lo mismo, a Jesús. El camino que puede llevarte al encuentro con tu Creador. Él no es un camino más, sino El Camino.  Tú eliges vivir como deseas. Nosotros queremos que al menos tengas la oportunidad de conocer que hay otra forma de hacerlo. Siguiendo el camino que Cristo nos trazó. Convirtiéndote en un discípulo del Maestro. Estamos en condiciones de poder asegurarte que la influencia de Jesús en tu vida será renovadora. Para nosotros lo ha sido, lo es, y lo seguirá siendo. Por lo que somos, un grupo de cristianos. Gente comprometida con su fe. Fe que encontrarás expresada en nuestro MANUAL DE DOCTRINAS en El que podrás comprobar que cada uno de sus apartados cuenta con suficiente apoyo bíblico. Fe que queremos compartir con todos.

Dios quiera que tu visita por éstas páginas te sean de ayuda y bendición, pues, es el deseo de quienes participamos de éste ministerio. Dios te bendiga.

Pr. Nicolás García